Si
alguna vez
alguien
llegara a la
puerta de tu
vida y en
sus ojos
vieras o en
sus actos
sintieras
que puedes
confiar en
él, aún tan
luego del
temor a lo
desconocido,
o aún
después del
tedio de
conocerlo,
¡déjalo
entrar!.
Si alguna
vez alguien
conocido se
parara
frente a las
puertas de
tu corazón y
al mirar sus
ojos vieras
un brillo
que nunca
antes habías
visto, tan
luego de la
impresión de
conocerlo o
el tedio de
haberlo
conocido,
¡déjalo
entrar!.
Si alguna
vez has
pensado que
el Amor no
pudiera
sorprenderte
ya y aún tan
luego de
haberte
sorprendido,
de ese Amor
hubieras
salido
vencido,
permítete
amar, el
Amor no está
vencido y
querrá
sorprenderte
igual.
Si alguna
vez
imaginaste
tu soledad
viendo allí
tu Destino,
mientras te
esfuerces en
seguir
imaginándola,
ese al fin
será.
Si alguna
vez has
rehusado
enamorarte
para no
herirte ya
nunca más,
con cada
Amor que
dejas pasar,
una herida
profunda y
perpetua, a
tu alma
harás. La
Duda... la
Duda y el
Resentimiento
te
invadirán.
Si alguna
vez el Amor
te
inmovilizó y
finalmente
te dejaste
estar, busca
en el
bolsillo del
saco de tu
alma la
llave de tu
Libertad y
entrégate
vital al
Amor que
todo lo
puede y todo
lo da.
Si alguna
vez el
fantasma de
la Decepción
hiciera nido
en tu mente,
múdate al
corazón:
allí está la
Felicidad.
Si alguna
vez pensaras
que cerrando
los ojos
dejará de
existir el
mar,
piensa! Al
abrirlos,
todo estará
igual.
Mantén tus
ojos
abiertos y
pon la
esperanza en
tus labios,
una sonrisa
habrá en tu
cara... y si
entregas tu
corazón y el
amor en ti
se vuelve a
instalar,
cuando al
fin estés
con Él,
donde había
un mar, un
cauce de
camelias
habrá.
Si alguna
vez has
pensado que
puedes
resignar el
placer de lo
sentido y de
lo vivido, y
el recuerdo
y el olvido,
y una
estrella del
cielo y un
cisne en un
lago
escondido...
La poesía
del viento y
las lágrimas
y la risa y
tu dolor en
el pecho y
hasta tu
estómago
retorcido,
y la voz de
Él
diciéndote y
sus manos
acariciándote,
y la alegría
de su risa,
y los
colores que
a través de
sus ojos se
dejan ver y
unas gotas
de lluvia en
tu cara y la
mano de Él
que seca tus
lágrimas, y
un abrazo
desde el
alma y su
presencia
que sin
decir nada
te acompaña
y su
respiración
en tu pecho
y el sabor
de unos
labios y la
belleza de
morir
enredados...
si alguna
vez has
pensado que
todo esto lo
tienes
vedado,
¡piensa en
ti!.
No busques
la
perfección
en lo
imperfecto,
ni el olvido
en lo
perpetuo...
busca el
Amor y...
¡ deja que
sea!.
(Mc. Litton
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